domingo, 21 de octubre de 2007




GRACIAS


Gracias a todos los que vinisteis a la trobada y nos hicisteis sentir que el trabajo valió la pena.
Gracias a Xavier, Julio, Enrique y Javier por regalarnos un poco de su vida y su sabiduría.
Gracias a la gente que nos ha ayudado en los talleres.
Y gracias también a todos los que habéis estado metidos en esto, porque las cosas con gente como vosotros son siempre más fáciles.
Ahora ha seguir el camino.

UNA ALTRA ESGLÉSIA JA ES POSSIBLE, demostremoslo.

jueves, 18 de octubre de 2007

Servei de bar

Hola a tothom...
Al tríptic de la jornada del proper dissabte vam anunciar que "cadascú s'hauria de portar el seu dinar".Després d'estar parlant amb els responsables del centre, ens han ofert que el bar estigués obert durant el matí i el migdia i no ens ha semblat mala idea.Us informem que el bar estarà obert i que disposareu d'entrepans per dinar (encarregant-los puntualment a l'inici del matí). També tindreu servei de begudes o café a la vostra disposició.
Ens veiem dissabte...

lunes, 15 de octubre de 2007

Hola a todos. Estamos a menos de una semana del encuentro. El día 20 esta aquí mismo.
Solo recordaros que sería muy importante tener las inscripciones en el correo para poder hacer la distribución de toda la gente interesada en los diferentes talleres. Si esto lo podemos hacer antes del sabado nos facilitaría mucho el trabajo, ya que contamos que habrá gente que se inscribirá el mismo día 20. Así que todo el que pueda se inscriba por internet. Sobretodo esto para los que quieran hacer el taller. Ya sabeis que si quereis podeis venir solo por la tarde.
Nos vemos el sabado.

jueves, 4 de octubre de 2007

Ya hemos empezado a difundir toda la información sobre el acto del día 20 de octubre. En principio se llevaran a cabo trece talleres sobre temas diversos, de los cuales cada persona podrá participar en uno. Por eso nos interesa recibir las inscripciones lo antes posible para poder hacer la distribución. La lista de talleres es la siguiente:

1.Immigraciói església.
2.Església plural.
3.Presos i església.
4.Gent gran i església.
5.Infants desfavorits i església.
6.Família plural i església.
7.Gais-lesbianes i església.
8.Noves experiències comunitàries.
9. Quart Món i església.
10.Tercer Món i església.
11.Lleure i església.
12.Compromís cristià dins del món laboral
13. Política i església


Cada persona puede elegir tres talleres sobre los que esté interesado y siempre que sea posible os intentaremos poner en la primera opción.
Podéis inscribiros en unaltraesglesiaespossible@yahoo.es.
Gracias a todos y nos vemos el sábado día 20 a las diez. Si quieres recibir el tríptico con toda la información pídelo al mismo correo de la inscripción y te lo haremos llegar lo antes posible.

Un saludo.

domingo, 30 de septiembre de 2007


Os pongo un poco más grande el plano de situación del instituto Francesc Macià, para que os sea más fàcil llegar.

jueves, 27 de septiembre de 2007



Estamos acabando de últimar los detalles del encuentro del día 20. A lo largo de la jornada tendremos el placer de escuchar a Xavier Alegre, Julio Lois y Enrique de Castro, además de poder participar en diversos talleres que estamos organizando con la colaboración de diferentes entidades, agrupaciones, personas a título individual que no han dudado en colaborar con nosotros.
Dentro de poco empezaran a circular trípticos en los que habrá información más detallada sobre como será ese día y como os podreis inscribir para que podamos hacer una estimación de la gente que participará y poder distribuirlá por los talleres.



Un saludo a todos.










viernes, 13 de julio de 2007

jueves, 12 de julio de 2007

Declaración de la parroquia San Carlos Borromeo Julio 2007
DECLARACION DE LA PARROQUIA DE S. CARLOS BORROMEO
Ante la situación de desconcierto creada en estos meses y como seguimos sin
entender la necesidad de cerrar nuestra parroquia, ofrecemos a la Iglesia y a cuantos nos
habéis apoyado durante este tiempo, una visión de lo que hemos experimentado y
estamos viviendo y el camino que vamos a seguir recorriendo, en comunión y diálogo
con la Iglesia, cuya riqueza nace de la unidad en la diversidad, ya que el mensaje del
Evangelio es una oferta para todos los seres humanos sin distinción de razas, credos,
culturas o sexo.
A comienzos de los años ochenta comenzaron a llegar chavales a algunas
parroquias de nuestros barrios, solicitando ayuda por sus problemas de drogadicción,
fundamentalmente, aunque traían otras cargas detrás, muchos estaban en la calle y
cometían delitos más o menos importantes. Surgieron miedos en algunas feligresías y
curas, por lo que se suscitó un debate sobre si se podía atender o no en la parroquia a
jóvenes con ese tipo de problemas. En estas circunstancias se inició la experiencia en
San Carlos Borromeo en 1981 con el apoyo del Obispo Alberto Iniesta, siendo el
Cardenal de Madrid Enrique Tarancón, dedicándose la parroquia preferentemente a la
marginación, dejando en 1986 de ser territorial, por iniciativa del Obispo García Gasco,
estando en Madrid el Cardenal Angel Suquia.
Los chicos y las madres
Desde el principio acudían a la parroquia muchos jóvenes y sus familias a pedir
ayuda para salir de su situación. Las madres no comprendían qué estaba ocurriendo con
sus hijos, hablaban de las malas compañías y se sentían estigmatizadas por parientes y
vecinos. Tampoco sabían responder al problema de sus hijos. Comenzamos a tener
reuniones con ellas y algún padre. Pronto empezaron a vivir la muerte de sus vástagos,
las entradas violentas de la policía en sus casas, las torturas de sus chicos en comisarías
y cárceles, incluida alguna muerte en estos centros. La parroquia se convertía en un
lugar de dolor del que participaban los feligreses que acudían a las distintas actividades
parroquiales. En pocos años decidieron que su vida no tenía sentido sin la lucha por sus
hijos y comenzaron a acudir en grupos a comisarías, juzgados, cárceles, denunciando
todo lo que estaban conociendo, entre otras cosas, las estafas por parte de ciertos
abogados y oficiales judiciales, las amenazas y la corrupción y connivencia policial en
el tema del narcotráfico. Además de ello atendían a los hijos de otras madres y
animaban a éstas.
Los chavales han acudido de todas partes con sus carencias afectivas, al
principio eran los hijos de las familias más pobres y más desatendidas social y
humanamente. La mayoría ha sufrido el abandono y el fracaso escolar, la calle ha sido
su espacio vital, han pasado por centros o cárceles de menores, conocen los malos tratos
y las torturas, su estigmatización como malos y sin solución, con sus miedos e
inseguridad. Nuestras casas se han abierto a ellos, hemos buscado trabajo y generado
autoempleo. Eran tabla rasa en cuanto a lo ético y religioso porque no conocían el
afecto. A través de la acogida, el apoyo incondicional y su defensa en tantas cosas,
nació el cariño y con él su seguridad, su capacidad de autoestima y, finalmente, el
sentido ético, el deseo de no hacer daño y de responder a lo que se hacía con ellos.
Declaración de la parroquia San Carlos Borromeo Julio 2007 2
Recorrido de la fe
Lógicamente fueron los funerales de tantos chavales los que hacían acudir a “los
colegas” y amigos a una celebración en torno a la mesa de Jesús y a su buena noticia. Su
primer contacto era descubrirla como la mesa de los excluidos, de los rechazados, de los
pobres. Jesús les invitaba, nos invitaba a descubrir la buena noticia, el reino del amor y
de la justicia. ¿Yo puedo comulgar?, preguntaba uno. El cura dice que Jesús nos invita,
le contestaba otro.
El tema central era la resurrección: Ningún poder puede destruirnos si vivimos la
buena noticia de Jesús, el amor y la solidaridad o comunión, se proclamaba, y
adaptábamos el lenguaje y la liturgia a su capacidad de comprensión. Un día preguntaba
un chaval a uno de los curas sobre la resurrección. El cura intentaba explicarle y el
chaval respondió: No lo entiendo, pero cuando te mueras, me cojo de tu mano y, a
donde vayas, voy. Poco después recordábamos, en una eucaristía, la petición de Dimas a
Jesús en la cruz: Acuérdate de mí cuando estés en tu reino.
Juntos hemos ido descubriendo la fe como el motor de nuestras vidas. Los
chicos y chicas y las madres han comprendido pronto los gestos liberadores de Jesús de
curación y de expulsión de demonios: tu fe te ha curado. Entendemos que nuestra fe
consigue hacernos salir de situaciones de impotencia y nos hace superar miedos: ¿por
qué tenéis miedo, hombres de poca fe?
Inicialmente hemos intentado bucear en el Jesús histórico para descubrir en
quién creemos. Se han ido identificando, así, con el Jesús que da la buena noticia a los
pobres y, poco a poco, han recuperado la capacidad de autoestima y la ayuda a los otros.
Incluso han llegado a intuir la resurrección no de una manera conceptual, sino como el
grito de que ningún poder puede destruir nuestra vida humana y espiritual. La vida
personal y la fe se han ido integrando de una manera progresiva, en un recorrido
paulatino.
Los otros
Desde los comienzos ha acudido gente de todas partes, además de la propia del
barrio, profesionales de distintas áreas en un intento de colaboración, abogados, jueces,
fiscales, empresarios, estudiantes de educación y trabajo social, psicólogos, médicos,
etc. La expresión ha sido habitual: venimos a ayudar y son los chicos y las madres los
que están dando sentido a nuestras vidas.
De ahí que algunos se hayan quedado a vivir entre nosotros o se lleven a
chavales a vivir a sus casas, hasta un magistrado que, en lugar de juzgar a un chico, se
lo llevó con su familia.
También vinieron en su momento los insumisos y sus madres, que se
organizaron como las de los chavales de la calle, más adelante los “okupas”, que hasta
nos pidieron que sus padres pudieran venir a la eucaristía. Los gitanos venían más
individualmente, pero acogimos a cuarenta y dos miembros de cuatro familias que
habían echado a la calle y estuvieron dos meses y medio alojados en la parroquia a
finales de 1998 hasta que, por la lucha de todos, conseguimos que les dieran casa en un
Declaración de la parroquia San Carlos Borromeo Julio 2007 3
poblado gitano. Desde ese momento muchos de ellos se han incorporado a la
convivencia parroquial.
A comienzos de 2001 acudieron setenta emigrantes que estuvieron cerca de siete
meses en la parroquia, durmiendo en colchones en el suelo. Reivindicaban sus papeles,
pero no tenían sitio donde ir. En ese tiempo buscamos viviendas y trabajo, quedando
muchos en nuestras casas, sobre todo los marroquíes. Comparten nuestras
celebraciones, rezan con nosotros y, cuando hay muchos, los musulmanes leen el Corán,
que traducimos, uniéndonos también a su oración, sintiéndonos hijos del mismo Padre.
En consecuencia nos reunimos, desde hace años, gente de toda condición social,
desde las clases más altas a las más bajas, frecuentamos las casas unos de otros, el
compartir se ha hecho una realidad y de ahí ha surgido también la fiesta común en la
parroquia que hace superar tanto sufrimiento.
La celebración de la Fe
Es la consecuencia de lo que vamos viviendo juntos, de la conjunción entre
nuestra vida, nuestra lucha y nuestra fe, compartiendo casa, trabajo, comida, situaciones
difíciles y la multiplicación de lo que recibimos gratis. Celebramos las Cenas del Señor
de la manera más sencilla que sabemos para que la liturgia sea inteligible para todos,
recordando la frase de San Agustín: fortiter in re, suaviter in modo. Aplicada a la
liturgia, para que el contenido penetre, sé muy sencillo en la forma.
Con la fe y la resurrección celebramos el perdón y esto también es paulatino. El
perdón entre chavales, algunos muy violentos, nuestro perdón a ellos, que nos han
hecho muchas faenas, el perdón de ellos a nosotros por nuestras recriminaciones y
tantas faltas de paciencia y comprensión. El perdón a policías, enemigos naturales,
sobre todo a los que han torturado y matado a algún chaval, el perdón a funcionarios de
prisiones o a determinados jueces, ha resultado muy difícil. Pero hoy entienden y
entendemos, gracias a la cercanía de muchos de ellos, la diferencia que existe entre el
estamento al que se pertenece y la persona. Hemos comprendido que acogernos y
ayudarnos es lo que nos posibilita cambiar de conducta a unos y a otros.
Conclusiones
El recorrido de nuestra parroquia ha consolidado una asamblea, una comunidad,
encarnada en el mundo de la exclusión como lugar social, no geográfico. Cualquier
recorrido que deba hacer esta parroquia en el futuro tiene necesariamente que respetar la
esencia de esta comunidad parroquial, de relaciones humanas fraternas, solidarias y
justas.
a. Somos parroquia que vive y celebra la fe. Hemos encontrado en la
comunidad parroquial la oportunidad de vivir nuestra vinculación como
creyentes abiertos a la situación presente y acogidos por la realidad de la
marginación.
b. Descubrimos cómo el lugar social de la exclusión es el espacio vital de
los preferidos de Jesús. El mundo de la exclusión social, que nos llama y
convoca, acoge nuestro compromiso vital para darnos la oportunidad de hacer
Declaración de la parroquia San Carlos Borromeo Julio 2007 4
realidad lo anunciado por Jesús en el Juicio Final: Porque tuve hambre y me
disteis de comer, sediento y me disteis de beber… (Mateo 25, 31-46).
c. Descubrir la fe de la mano de los pobres nos ha hecho entender que el
anuncio de la Buena Nueva es una Palabra ofrecida a todas las personas,
desde el lugar de los últimos, que se ha de encarnar en “anunciar la libertad a
los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, poner en libertad a los
oprimidos y anunciar la amnistía de parte de Dios” (Lucas 4, 16-21)
d. Es tarea primordial, desde la comunión eclesial, cuidar de los miembros
más débiles, por lo que es importante recordarnos que Jesús supeditó la ley al
ser humano y a la fe.
e. El lugar social de aquéllos que viven en la pobreza: toxicómanos,
inmigrantes, presos, enfermos de Sida, prostitutas, familias sin recursos,
mujeres maltratadas, homosexuales, menores, familias separadas… nos ha
llevado a celebrar la fe desde expresiones inteligibles y significantes, que nos
ayuden a reconocernos en la comunión de quienes se sienten discípulos del
Dios de Jesús.
f. Vivir la fe en la Iglesia, desde esa pasión esperanzada que nos provoca el
evangelio de Jesús, nos ha vinculado a personas de todo tipo y condición.
Compartir la mesa de Jesús ha sido sentarnos, en torno ella, creyentes y no
creyentes; ateos y escépticos; ricos y pobres… todos aquéllos con quienes,
aún no compartiendo inicialmente la fe en el Dios de Jesús, sí compartimos la
fe en el ser humano desnudo, vivida al estilo de Jesús (Marcos 7, 24-30).
g. Es necesario no sustraer al mundo de los pobres una parroquia que,
ya de hecho, viven como referente y casa donde morar. Los excluidos
tienen derecho a tener su parroquia. Mantener la comunidad parroquial,
que es referente imprescindible para muchos de sus miembros en la vida
diaria y de fe, no puede en modo alguno ser sustituida.
Entrevías, Julio de 2007

martes, 10 de julio de 2007

LOS CURAS "PROGRES" LLENAN EL TEMPLO DE SAN CARLOS BORROMEO

Los curas 'progres' llenan el templo de San Carlos Borromeo

Más de 500 fieles acuden a una misa en defensa de una nueva fe.

El País - 07-07-2007 - Cristóbal Ramírez - Madrid

Un velo negro destaca en medio de la iglesia, entre las mujeres que comen y hablan, y delante del Cristo crucificado. El velo es de Hayat, una musulmana de 38 años, "muy agradecida a esta parroquia". Sonríe y saluda a Javier Baeza, el párroco de San Carlos Borromeo, la iglesia que desde el pasado mes de abril mantiene un pulso con el arzobispado de Madrid, que quiere cerrar la parroquia y convertirla en un centro social. Por no ajustarse a las reglas canónicas de la jerarquía. En San Carlos Borromeo los curas no llevan sotana, socorren a todo el que pide ayuda y ofrecen copas de vino y pequeñas rebanadas de pan para comulgar.

Eso fue lo que se pudo ver ayer por la tarde en una nueva eucaristía, para protestar por el cierre y propugnar una nueva fe. Hayat se quedó a escuchar la misa. No se celebró en el edificio, sino fuera, en un descampado, donde correteaban los niños y las bolsas de basura peleaban por acodarse junto a los árboles. Acudieron, en señal de apoyo, sacerdotes de Barcelona, Málaga, Teruel, Salamanca, Santander... Y de otras parroquias de Madrid. Y sacerdotes secularizados. Y colectivos de cristianos homosexuales. Más de 500 personas, sentadas, de pie y en el suelo de polvo y piedras.

Evangelio de Lucas
Javier Baeza, Enrique de Castro y Pepe Díaz, los tres sacerdotes que oficiaron la eucaristía con pantalones de pinza y camisas de botones, leyeron una parte del Evangelio de San Lucas. Que habla de pobres, de cautivos, de oprimidos y de un año de gracia. Igual que esta parroquia. "Palabra del Señor", se oye. "¿La Iglesia va a expulsar a los que la sociedad expulsa?", pregunta al público. Un muchacho mira fijamente a los sacerdotes. Es toxicómano. No quiere dar su nombre. Ojos azules cansados y como perdidos. Delante de él está sentada su novia, con los ojos igual de azules, igual de perdidos.

Ellos callan. Otros hablan. Es el momento de que los fieles participen. Una señora de mediana edad lanza un mensaje para "hacer visible el dolor y la falta de derechos en el mundo". Un sacerdote explica que todas las personas son hijas de un mismo dios. "Por Cristo. Por él y en él". Las manos entrelazadas y rezando el Padrenuestro. Ora también un grupo de siete jóvenes musulmanes.

Uno de ellos se acerca al micrófono. El texto que leerá se titula El árabe san Carlos Borromeo. Traga saliva. Reza y dice: "Miremos al cielo de Entrevías". Silencio. Y rezan en árabe. Luego traducen la oración para que el resto de personas la conozcan. "Amén". A la hora de comulgar, los musulmanes también comulgan. Y cantan. En ese momento, la joven de ojos azules y cansados canta. Lo que suena es un himno que habla de libertad y de golpes recibidos. La misa termina. Entrevías resiste

sábado, 23 de junio de 2007

Entrevista a Jon Sobrino en el País.14/06/2007

Jon Sobrino. Radicalmente cristiano
Jesús Ruiz Mantilla 14/06/2007

Como no hay mal que por bien no venga, la última bronca que le montó la curia vaticana a Jon Sobrino, que no fue ninguna tontería, con notificación incluida, ha servido para que este jesuita empecinado en la defensa radical de los más oprimidos sepa lo que son los blogs. Aquellos días de marzo de este mismo año, cuando resurgió de las más abruptas entrañas de la Tierra el Tribunal para la Doctrina de la Fe -léase la Inquisición de nuestros días- para tirarle de las orejas y echarle en cara, una vez más en los últimos 30 años, sus desviaciones sobre la línea oficial, este cura amigo y compañero en El Salvador de Ignacio Ellacuría y monseñor Romero, este pastor que admite sin remilgos su vocación revolucionaria, pudo leer una avalancha inaudita de reacciones a favor y en contra en los foros libérrimos de Internet. Pese a lo encendido de algunos comentarios, Sobrino, por el contrario, guardó silencio. Se apartó del mundanal ruido quizá un tanto asustado por el ambiente, aunque no por encararse a la autoridad, cosa que ha hecho toda su existencia aun a riesgo de que le mataran.
"El Vaticano me ha pedido varias veces que dé cuenta de mi teología. Creen que contiene errores, que es peligrosa""La tensión con algunos jerarcas de la Iglesia ha sido para mi habitual durante los últimos treinta años""Que algunos pidan milagros a Dios cuando no tienen seguro social ni dinero ni nada, me parece muy bien""El Espíritu Santo no es un ministro de Asuntos Exteriores que designa embajadores. Es fuerza, no poder"
"La diabetes que sufro hace 30 años es ya compañera. Si fuera san Francisco de Asís, diría 'la hermana diabetes"
De hecho, esta nueva llamada de atención no va a hacerle bajar las orejas, al menos por lo que uno puede deducir después de dos horas de conversación con él sobre lo divino y lo humano. Si no lo consiguieron en los años setenta y ochenta los paramilitares salvadoreños que instauraron un más que grotesco lema, "Haga patria, mate un cura", ni tampoco los grandes patriarcones centroamericanos, ni los mismísimos politicastros que ahogaban en esos días con una bota militar el futuro de lo que consideraban el patio trasero de su casa con jardín del Norte, es difícil que se asuste de los que han sido recién investidos con nuevas púrpuras. Si se salvó, aquel funesto y negro 16 de noviembre de 1989, de aquella matanza que después muchos han convertido en martirio, cuando unos salvajes entraron en la Universidad Centroamericana (UCA) y asesinaron sin miramientos a ocho de los suyos -seis compañeros jesuitas y dos empleadas de la casa-, no debió de ser en vano.
Le gusta rememorar uno a uno sus nombres, justo como cuando le dieron la noticia; primero le hablaron de Ignacio Ellacuría, después le enumeraron al resto de la lista: Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno, el salvadoreño Joaquín López-López y, sobre todo, a quienes más le indignó que pagaran aquella caza macabra: la empleada de la UCA Elba Julia Ramos, cocinera, y su hija Celina, de 15 años, testigos de una barbaridad que tuvieron la mala fortuna de encontrarse frente a frente.
Hoy, de paso por Madrid, lo recuerda todavía con la justa emoción, pero con la evidente cicatriz del paso del tiempo en su mirada limpia. Sobrino parece de esas personas sabias que han sabido extraer, sobre las tragedias más injustas de la vida, conclusiones positivas. Por eso se muestra obsesionado por hablar; no de la inquina y el odio que arrebató a los suyos y a quienes él consideraba su familia de la faz de la Tierra, sino de la bondad que quedó. De la semilla que sembraron, del fin positivo de todas las cosas, aunque muchas veces sea necesario hacer verdaderos esfuerzos para llegar a él.
El propio e íntimo sufrimiento ha sido su mayor fuerza. La conciencia de fragilidad que le da cada día estar a expensas de los bajones de una diabetes muy aguda, y el hecho de haberse salvado por casualidad, gracias a encontrarse en Tailandia dando un curso, de su muerte segura, han forjado en él una proverbial valentía. Una desafiante serenidad construida a base de esa autoridad que no pueden retar moralmente quienes se sientan en los sillones confortables de los despachos; esa altura que da estar en primera línea del frente, expuesto a los más feroces ataques, a morir incluso por un gramo extra de justicia.
Dice que pobres son quienes no tienen asegurado comer tres veces al día; que él, al fin y al cabo, es un privilegiado por disponer garantizada hasta la insulina. Pero pobres son también para él, mente privilegiada con cuatro carreras -teología e ingeniería entre ellas- que a los 18 años abandonó su Bilbao natal y a su familia para dejarse la piel en ese lejano El Salvador que le ha dado nacionalidad y sentido a su vida, quienes son pisoteados, humillados, arrastrados, heridos, injuriados... Todos aquellos sujetos siempre anónimos que merecen reparo; esos desheredados para los que en su día Leonardo Boff, el propio Ignacio Ellacuría, él mismo y tantos otros comenzaron a predicar la Teología de la Liberación, esa doctrina revolucionaria que asusta tanto a los próceres en los pasillos del Vaticano y que Juan Pablo II y ahora el papa Ratzinger se han empeñado, con una fijación obtusa, en enterrar. Pero Sobrino y los suyos parece que no van a dejar que se saque de ese hoyo ni una sola palada.
Con la Iglesia sigue usted topando. ¿Cuándo fue la primera vez?
Toparse en castellano significa algún tipo de encuentro inesperado o encontronazo. Y la Iglesia es una realidad de muchísimos seres humanos. Con 68 años, en la Iglesia me he topado ante todo con Jesús de Nazaret y después con otras cosas. Una, la primera, cuando yo tenía veintitantos años, con Juan XXIII, que hablaba de un Jesús que bien puede hacer presente la Iglesia o que lo puede ocultar. Los jesuitas estamos en la Iglesia, y en ese sentido me he topado con el padre Arrupe, y en El Salvador me topé con algo que creo que en conjunto es lo mejor: campesinos, oprimidos, pobres, gente sencilla, con gran amor a los demás y con mucha fe en Dios. Al español de hoy, esto le puede sonar a religiosidad fácil o superstición. Pero no tiene por qué ser así. Gente que estaba decidida a arriesgar todo no por una causa, ni por pertenecer a tal o cual partido, sino por amor a los demás. Así surgieron entonces en El Salvador lo que yo llamo mártires.
¿Por qué mártires?
Son aquellos que en vida y en muerte se parecen a Cristo. En vida porque han tratado de defender al pobre, denunciar al opresor, y en muerte porque acaban crucificados en esa cruz que es terrible y expresión de un gran amor. El símbolo de ese tipo de mártir, con el que yo me topé -y cuando lo escribas pon que cuando pronuncio topar cambio el tono de voz, para aclarar, ¿verdad?-, para mí fue monseñor Romero. Pero es evidente que yo he tenido con otros sectores relaciones más tensas, y estos días se ha hecho público que a varios de nosotros, entre ellos también el padre Ellacuría, las congregaciones nos han cuestionado. A mí, varias veces me han pedido dar cuenta de mis escritos porque creen que mi teología no es adecuada, que contiene errores, que es peligrosa. Estos días se ha hecho público en varios medios de comunicación, tanto lo que ha dicho el Vaticano como lo que han expresado otros teólogos, muy respetables, que no comparten las amonestaciones. Y, por cierto, aprovecho para hacer una aclaración: la carta estrictamente confidencial que escribí al padre Kolvenbach apareció en la prensa sin mi conocimiento ni autorización. Volviendo al asunto. La tensión con esa porción de Iglesia, con algunos jerarcas, ha sido para mí habitual durante 30 años. Ellos también son Iglesia. Pero para mí, ante todo, lo son quienes nos hacen presente a Jesús. Yo me topé con esas gentes. Me enseñaron a vivir con esperanza, con menos egoísmo, con alegría.
¿También le ha marcado una cierta conciencia de superviviente, después de haberse salvado de una matanza o ver como caían otros, como monseñor Romero?
Aquello fue un shock. Estaba en Tailandia precisamente dando un curso de cristología, hablando de pueblos enteros crucificados.
Ochenta mil en El Salvador...
Así es. Pero le cuento cómo recibí aquella noticia. En Tailandia eran las doce de la noche y un amigo me llamó de Londres. Tuve la sensación, por la hora, de que algo serio había pasado, y pensé: Ellacuría. Mi amigo me preguntó: "¿Tienes papel y lápiz? Han matado a Ellacuría, y a Nacho, y a Santiago Montes, y al padre López-López, y a Juan Ramón Norea, y a Amando...", y así siguió. Y ahora ya no siento ni el dolor, ni el shock, ni la indignación de entonces, pero en el fondo me pasa lo mismo, como si me fueran quitando uno a uno jirones de piel. Pero mi máxima indignación fue cuando me dijeron lo de la cocinera y una hijita suya, y si lo cuento no es para que suene lírico, es porque lo siento. Porque que mataran a Ellacuría era una barbaridad, pero ¿cómo no le iban a matar? Predicaba contra los sumos sacerdotes, los fariseos, el opresor..., no era sorpresa. Ahora, que mataran a una cocinera que pasaba escondida la noche en nuestra casa porque la guerra había llegado a la ciudad y no era seguro salir, eso superaba las reglas del mal. Quedé en silencio y paseé por una playa que estaba cerca con un compañero que venía conmigo. En un momento me dijo: "¿Has pensado por qué no te han matado a ti?". Y me salió una respuesta tomada casi de antiguas vidas de santos: "Pues se ve que no soy digno". No sabía qué decir. Al día siguiente hicieron allí una misa, con un altar de flores precioso, y yo comenté: "Tengo una mala noticia que daros: han matado a toda mi familia. Pero tengo una buena noticia también: he vivido con gente buena". Así pienso hoy día.
¿Cómo estas personas tan próximas al martirio, que se han jugado el pellejo, no se las reconoce como a auténticos Cristos en su Iglesia?
Yo tampoco lo entiendo. Me preocupa y a veces me indigna. Mi esperanza es que pronto, oficialmente o con algún signo eclesial que todo el mundo entienda, canonicen a monseñor Romero y a todos los mártires latinoamericanos y del Tercer Mundo. Ya he dicho que me entristece que no ocurra. Pero también he dicho que no me gusta ser profeta de calamidades. A veces pienso que los medios encubren muy interesadamente la maldad y las aberraciones, pero que encubren todavía más la bondad. El amor de aquellas personas está vivo en muchos. En sus aniversarios se juntan multitudes. ¿Qué hacen allí? Recordar que han visto y oído cosas buenas, y cuando digo buenas me refiero a enseñanzas que les han dado dignidad. Recuerdan, con lágrimas, a hijos muertos, inocentes a los que han denigrado; que los han llamado comunistas, algo que allí es equivalente a calificar a alguien de terrorista aquí.
Eran los tiempos de "Hagan patria, maten un cura"...
Exactamente. Y en esas procesiones, las madres les dicen a sus hijos que su padre no fue un criminal, sino un buen hombre, generoso, que se organizó en movimientos políticos y lo mataron. Luego, claro, allí, Dios suena a algo real. Pero ¿cómo es Dios para ellos? Esa fuerza, ese misterio que ni vemos ni tocamos, de alguna manera nos conoce, nos quiere, nos da dignidad. Que luego le pidan milagros, a mí me parece muy bien, porque si no tienen seguro social, ni dinero, ni nada, si Estados Unidos ni la Unión Europea les arreglan la vida, ¿qué van a hacer? Es cierto que ese misterio también puede ser alienación. Psicólogos, psiquiatras, economistas habrá que lo analicen, a mí no me acaban de convencer del todo. Los que nada tienen, de Dios sacan fuerza para vivir, y en esto no veo alienación.
No le convencen porque ustedes han visto en Dios una materia revolucionaria, más que de resignación.
Entiendo, entiendo. Estoy de acuerdo. Si no hay más que ver. Jesús de Nazaret, ¿qué dijo? Ay de ustedes los ricos, que han comido y han gozado, sufrirán. Los que pasan hambre, los que lloran, comerán y reirán. Esas palabras hay que hacerlas históricamente eficaces, hay que buscarles modos concretos. Pensar en Jesús, en Dios, así, entonces era y es revolucionario.
¿Entonces? ¿Cuándo es entonces?
Los años setenta, ochenta. Todavía ahora queda algo. Revolucionario quiere decir eso: darle vuelta a las cosas. La revolución no se da sólo en el ámbito político, sino en el humano; pensar distinto, tener esperanza, que no vivamos en un mundo sumamente injusto como el actual, con las democracias más importantes a la cabeza. Una revolución en la esperanza, en la caridad..., una famosa palabrita que ya no creo que se use...
Pues porque a la caridad, el sentido que le ha otorgado la Iglesia es el de esa propina para los pobres. ¿Ustedes le han dado valor revolucionario?
De nuevo hay que distinguir cosas al hablar de la palabra Iglesia. Cierto es que hay una tradición y una doctrina de la Iglesia en que la caridad se entendió más como acaba de decir. Pero con Juan XXIII, incluso con Juan Pablo II, tiene más que ver con el amor, con el sentido de la justicia. Con proclamar una verdad que defiende al pobre frente a quien le oprime. Pero yo también creo en el equivalente a cariño, ternura, delicadeza. Un ámbito del amor distinto al de justicia que humanizan personal y socialmente. Lo que no se puede admitir es el sentido que le daban algunas novelas del siglo pasado, en las que salían marquesas que hablaban de "mis pobres", ¿verdad? Y ojalá tampoco lo digan hoy, entre otros lenguajes, Iglesias, Estados, ONG.
Aun así, como concepto, sigue en crisis.
La justicia está en crisis en la Iglesia. No creo que se vuelque hacia ella con todo el peso social que tiene. Y no digamos en la sociedad. Al viajar a Europa o a Estados Unidos no veo que los pueblos y sus Gobiernos vivan y se desvivan para que 2.000 o 3.000 millones de seres humanos puedan simplemente vivir...
Puede que la gente que tiene las necesidades cubiertas crea que ya ha pasado la revolución, que no la necesita.
Sí, y se ríen un poquito de todo esto. Pero es que la esencia que mueve el amor y los cambios está en no empezar por uno mismo. Hemos ido aprendiendo cosas. Es normal que uno se fije en sus hijos; pero mientras no se salga de ese yo familiar, no hacemos nada y somos ignorantes.
En cuanto a señalar a los pobres, a veces es la jerarquía la que nos hace caer en la cuenta de que existen condenando determinadas prácticas, como ha ocurrido en Madrid en la parroquia de San Carlos Borromeo que quieren cerrar.
Evidente. Me da tristeza que no haya creatividad cristiana para que la Iglesia institucional no resuelva estos problemas y no dialogue. Que los medios lo saquen a relucir puede ayudar. Pero debemos ir a lo profundo. Hay mucha gente..., religiosos silenciados que hacen una gran labor, pero no se sabe, no se difunde porque hoy existe un cierto miedo al bien. La bondad se silencia. ¿Por qué? Porque nos viene a decir que es posible, que es asequible a todo el mundo, y que no se ejercita porque nos exige algo. No sólo la heroica, la del día a día.
Quienes primero tienen miedo de hacer explícita esa bondad parecen estar en la Iglesia, porque no es normal que a ustedes o a quienes andan por el Congo o comprometidos aquí con marginados se les azuce. Mucha gente se pregunta por qué no se han salido ustedes. Qué les hace seguir dentro de una organización que les maltrata.
Yo le contaré mi caso. No me he salido porque nunca se me ha ocurrido. He visto un "invierno eclesial", que decía Karl Raher. Un retroceso en la entrega sincera a los pobres de este mundo. Pero sigo en la Iglesia. Porque veo un sentido en esta tradición de Jesús que, al pasar por la Iglesia, por un lado se ha deteriorado muchísimo. Eso, sin duda. En ella me entrego a Jesús de Nazaret, con problemas fuera e inmensas incoherencias de la Iglesia con ese Jesús, y con problemas dentro, mis limitaciones, épocas de gran oscuridad; pero me encuentro en mi casa, con innumerables compañeros con los que caminar. En esa casa siento una gran luz y ánimo en medio de las decepciones. También vengo de una tradición democrática, cuyos Estados han asesinado a millones de seres humanos inocentes, violentamente, con bombas atómicas y convencionales, con torturas y guerras injustas, con políticas comerciales que pueden aumentar la muerte por hambre. Y, sin embargo, hay seres humanos que honradamente pueden seguir esperando el advenimiento de la libertad, la igualdad, la fraternidad. Cuando preguntas a alguien por qué no se sale de su visión democrática, puede responder: porque están representados todos los partidos y yo me apunto al que más me convence. En la Iglesia, lo mismo. Hay varias tendencias.
Pero el Espíritu Santo siempre tiende a elegir a los mismos.
Bueno, el Espíritu Santo, así nombrado, con perdón, es poco riguroso. No es el ministro de Asuntos Exteriores que designa embajadores. Es ese misterio que llamamos Dios, y que tiene fuerza; no poder, fuerza. A Dios lo empequeñecemos seriamente cuando empezamos a hablar de él en términos de poder. ¿Para qué le sirve la fuerza? Ah, para que los seres humanos hagamos el bien. El Espíritu no es eso que está sobrevolando en un cónclave...
Son metáforas, padre, metáforas.
Sí, pero metáforas que desvían. Espíritu significa viento, fuerza. Yo, ¿dónde lo he encontrado? En Juan XXIII, en Arrupe, en un compañero jesuita, Javier Ibisate, que acaba de fallecer; lo veía en Gorbachov, se ve en los campos de refugiados de Bukavu... Cuando he estado con gente que ha dicho: aquí nos quedamos. Ya está.
Aun así, y aunque crea usted que la Iglesia no es poder, que resulta evidente que lo es, siempre se fija en los mismos.
La Iglesia debe ser ante todo fuerza, pero, en la realidad, también es poder. Lo sé muy bien. El espíritu a veces no está en la Iglesia cuando no se hace el bien, sino el mal. Pero está cuando somos fieles a Jesús. Dice él en el Evangelio de Lucas: "El espíritu está sobre mí, me ha configurado. ¿Para qué? Para dar vista a los ciegos, para hacer caminar a los cojos, para anunciar una buena noticia y para liberar a los pobres. Él comprende así al Espíritu. Entonces, ¿dónde lo veo yo? ¿Donde está el poder? No. Ahí es donde aprecio lo que constituye a los seres humanos, que lleva también al egoísmo, al sometimiento, a la falta de entendimiento. Esta sociedad necesita espíritu, y no sólo espíritu crítico, sino otras cosas; espíritu que nos dé fuerza para la reconciliación.
¿Dónde?
Aquí, en África, en Naciones Unidas...
Ya, porque eso le iba a preguntar. Pese a lo lejos que le queda España, ¿cómo ve el conflicto en el País Vasco, que es su tierra natal? Ya notará cómo andan por aquí los cuchillos. ¿Tendrá su opinión?
No soy muy amigo de tener sólo opiniones. Leo ahora los blogs, que están llenos de eso, de opiniones. Y se pueden decir cosas verdaderamente disparatadas. Ante asuntos serios no me gusta expresar sólo opiniones. Yo, ¿qué observo? Se ha llegado aquí a un buen vivir que es en la práctica un absoluto, un ídolo, y eso dificulta muchas cosas. Esto lo tengo meditado, no es sólo una opinión para un blog...
Le tienen obsesionado los 'blogs'. No los lea, hombre. No conducen a la felicidad.
Bueno, pero son una realidad, como los partidos de fútbol. Hay partidos en los que 44 piernas corriendo equivalen casi al presupuesto de un país africano como Chad. Que eso ocurra...
Es pornográfico.
Obsceno, yo lo he escrito. Eso me impacta. Lo de ETA, por otra parte, es serio, evidentemente. Yo soy de allí, pero no tengo fórmulas. Mi esperanza es, a medio plazo, humanizar aquello..., gentes, ideas, esperanzas. No sé cuánto llevará.
Al menos una generación. Pero veo que a usted no le preocupa el hecho de que tenga que haber una negociación tarde o temprano, que es evidente, sino cómo curará esa herida después de años de violencia.
Supongo que acabará con algún tipo de negociación. Pero eso lo hacen seres humanos. Se debe hacer con perspectiva política para que salga bien; pero todo eso, además, debe tener en cuenta el factor humano. No me es fácil hablar de esto. Tengo esperanza en que podamos vivir humanamente unos con otros. Y eso significa no tener miedo a no poner el problema en términos de vencedores y vencidos. Algo de eso he aprendido en El Salvador. La esperanza de reconciliación es posible, los seres humanos pueden perdonar.
¿Qué le ha molestado a la Iglesia de su idea de Cristo? ¿Por qué llevan 30 años mareándole?
Bueno, se ha hecho público. En el Vaticano dicen que yo presento a un Cristo muy humano, cercano a los pobres, y que eso les parece bien, pero que no expreso con suficiente claridad su divinidad. Hay teólogos capaces y responsables que piensan que mis escritos no incurren en esos peligros.
A lo mejor es que esa divinidad es radicalmente humana.
Sí, sí, sí, es que está en la doctrina más tradicional de la Iglesia. La clave está en cómo esa divinidad se ha hecho visible. En la fe cristiana, a diferencia de otras, se da un paso crucial, y no así en otras: que ese misterio se hizo presente. Que Jesús es el sacramento. Fue Jesús de Nazaret el que dice tener una idea de humanidad. Los bienaventurados, los sencillos, los limpios de corazón, quienes luchan y trabajan por la paz y la justicia. Es el de la palabra del Buen Samaritano.
Es el mismo Jesucristo, entonces, quien pone en evidencia esa doctrina. Su mensaje radical es humanismo. ¿Cómo la jerarquía no lo entiende, o ese tribunal...? Por cierto, ¿cómo es ese tribunal?
Pues un tribunal que se reúne en Roma, que analiza los aspectos teológicos y juzga si están o no de acuerdo con la doctrina de la Iglesia.
¿Pero usted ha estado?
No, mi contacto ha sido por escrito.
¿Qué les ha dicho?
Pues lo que se ha hecho público. Que el misterio de Dios se hizo presente en Jesús. Que es la encarnación del hijo eterno del padre que es divino, pero que lo que nosotros vemos es el producto de esa encarnación. Que el misterio de Dios pasa por este mundo en él y que estuvo a merced de los poderes de este mundo; por eso no me gusta llamarlo omnipotente, porque lo insultan, y él no tiene más que dejarse insultar y acabar en la cruz. Lo que podemos saber de él es lo que se ha hecho presente aquí. Hay teólogos que hablan de un Dios crucificado. Jesús es esa realidad humana, transparente, que también se ha visto en otros.
Y esa divinidad que ha apreciado usted en otros estaba en los mártires de El Salvador. ¿Se siente usted una especie de apóstol de ellos al haber sobrevivido?
Jesús se ha hecho presente de una manera especial, pero, indudablemente, ese Dios se ha hecho presente además en muchos otros. En Ellacuría, en monseñor Romero..., en muchos. En cuanto a lo de sentirme apóstol de ellos, pues sí, pero sin dramatizarlo. No tengo conciencia en absoluto de haber llevado la antorcha de Ellacuría, pero sí siento una fuerza que me empuja a seguir por ese camino, con la idea de pertenecer a una tradición, a un grupo.
¿Cómo les recuerda?
Cada uno tenía su forma de ser. Ellacuría era ocho años mayor que yo y era el discípulo predilecto de Zubiri, y éste lo llamaba a él; era un filósofo impresionante que usó su conocimiento para bajar de la cruz a los crucificados. Tenía las limitaciones de todo ser humano, pero esa idea de que en El Salvador se encontró con un cuerpo crucificado...
Que debía liberar...
Así es. Eso era lo positivo. Y, simultáneamente, enfrentarse a todos aquellos que han crucificado a los pueblos.
Era todo un radical, ¿no?
Sí, pero radical con amor radical al pueblo víctima. También fue un filósofo crítico. No aceptaba cualquier enfoque de Dios crédulamente. Se movía como filósofo en un mundo donde Dios no era lo evidente.
¿Usted también?
Sí, claro, los filósofos de ahora son agnósticos.
Pero eso les habrá ocasionado enormes y permanentes crisis de fe.
Algunas. De Ellacuría, que no era nada crédulo, he escrito que luchó con Dios, como Jacob. Y pienso que Dios le venció. Aquello no fue para él una cosa sencilla. Uno lee a Nietzsche y ve que es un ateo como Dios manda... Ateo, eh, en serio, no un ateíllo. Pero Ellacuría, por otra parte, vio en otros, como en monseñor Romero, a alguien que tenía presencia de Dios. Y lo dijo. Tres días después de que lo mataran: "Con monseñor Romero, Dios pasó por El Salvador". Y eso dominó en él más que otras cosas.
O sea, que ustedes vieron en Romero a un santo.
Más. Esa palabra no describe la calidad de mi experiencia.
¿Más que a un santo?
No encuentro términos apropiados. Su palabra, su compasión no sólo nos remitía a Dios, sino que hacía a Dios presente.
Esto, algunos lo podrían ver como una blasfemia.
Espero que no. Romero no era un intelectual, como Ellacuría. Incluso fue moderado y cambió a raíz del asesinato de Rutilio Grande. Entonces se convirtió en un decidor de la verdad. Claro, la verdad en El Salvador era denunciar una opresión espantosa. Sus homilías eran terriblemente duras, pero consoladoras. Su última homilía fue durísima contra la Guardia Nacional. Se dirigió a ellos diciendo: "Nadie está obligado a obedecer una orden de matar. En nombre de Dios, y en nombre de este sufrido pueblo, les ruego, les pido, les ordeno cesen la represión".
Eran ustedes duros. Porque llegaron a justificar la violencia en algunos casos.
Es una verdad mucho más compleja. La violencia había comenzado mucho antes de que ellos hablaran. Provenía del lado de la opresión criminal de la derecha que mataba a la gente, algunos se organizaron para combatirla a diversos niveles, uno de ellos armado. Ellacuría habló de la redención de la violencia, y una de las condiciones para eso es, primero, cargar con ella. Yo sé que es terrible, pero es eso, estar dispuesto. Aunque antes hay que erradicar también las causas que le dieron origen. Lo que tenía de carga nuestra posición era eso, erradicar la pobreza; acabar con las estructuras económicas, sociales, políticas..., transformarlas. Pero cargar con la violencia quiere decir que te den, así, como suena. Habló de poner fin de manera negociada a la situación salvadoreña. De humanizar la violencia. Pero eso es algo muy creativo. ¿Cómo se hace? Aportando verdad, comprensión, perdón; ofreciendo perdón; aceptando perdón. A Ellacuría, qué curioso, lo mataron cuando él estaba negociando la paz. Era consciente. Me lo dijo: "Ahora que estoy trabajando por la paz es cuando me pueden matar". Y no cuando defendía la resistencia a la violencia. Pero lo decía con serenidad.
Esa diabetes le hace a usted más fuerte, si cabe.
Nunca he hecho drama de ella. Desde hace más de treinta años soy diabético. Me quita energías. Hay momentos peores, una vez tuve un coma, pero la diabetes ya es compañera; si fuera san Francisco de Asís diría: "La hermana diabetes". Pero yo vivo porque puedo comprar insulina, que es cara, y tiritas para medir el azúcar. Puedo vivir, mientras que quienes yo defino como pobres, es decir, aquellos que no dan la vida por supuesta, espero que me comprendan.

jueves, 21 de junio de 2007

Xerrada-col·loqui. "La problemàtica de la parròquia de San Carlos Borromeo"

Xerrada-col·loqui. "La problemàtica de la parròquia de San Carlos Borromeo de Madrid".
A càrrec de Javier Baeza (capellà de la parròquia).
Dimarts, 26 de juny de 2007. 19,00 h.
Casa de la Solidaritat. c/ Vistalegre, 15 Baixos. Barcelona.
Convoca: Teballem per Cuba, treballem per Boyeros.
D'ona suport: Associació catalana de brigadistes a Nicaragua

Acte a Sant Enric sobre l'assemblea a San Carlos Borromeo, "UNIDOS EN LA EXCLUSIÓN"


Trobada 20 D'OCTUBRE

Després dels fets que van succeir entre març i abril amb Jon Sobrino i la Parroquia de San Carlos Borromeo a Madrid, un grup de laics i laiques catalans de Comunitats Cristianes de Base i l’associació Cristianisme i segle XXI que inclou Centre d’estudis Francesc Eiximenis / Col·lectiu de Dones en l’Església / Cristianisme i Justícia / Cristians pel Socialisme / El Pregó / Església Plural / Espai Obert / Foc Nou / Som Església Catalunya entre d’altres, ens vam unir per tal de posar-nos al seu costat en aquells moments difícils.

Els dos desgraciats conflictes han estat la gota que ha fet vessar la nostra copa i la de tants d’altres creients d’arreu de Catalunya, Espanya i d’altres països. Veiem que tenen el seu costat positiu, ja que ens estan estimulant a viure i creure amb més força en la pluralitat eclesial dins dels límits de la fidelitat a l’evangeli, essent creients encarnats en les realitats socials i sempre cridats pels exclosos i oprimits com ens diu l’evangeli, i com porten tant de temps vivint Jon Sobrino i la Comunitat de San Carlos Borromeo. També és un revulsiu pels que desitgem de tot cor una església més oberta i dialogant, més senzilla i secular, que no solament és possible, sinó ja una realitat. Compartint la mateixa sensibilitat amb molts no creients o creients d’altra manera.

La concorreguda trobada de pregària diumenge 6 de maig a Bellvitge amb Javier Baeza (un dels 3 capellans de San Carlos Borromeo) i la posterior assemblea dissabte 26 de maig a Esplugues amb molts grups i sensibilitats diferents, ens van fer veure que la nostra solidaritat i la nostra fe convergien en un punt: l'aposta per una església viva, renovada, propera a la realitat del seu entorn i connectada amb el moment present. Amb una clara opció i compromís vers als pobres.

Per això, convidem tothom a la trobada que farem dissabte dia 20 d’octubre sota el títol "una altra església ja és possible". Una trobada dels creients d’arreu de Catalunya, i obert a tothom que vulgui compartir el mateix objectiu: trobar-nos, conèixer d’altres realitats, crear vincles i sentir-nos acompanyats davant determinats missatges de l’església jeràrquica. En resum, una trobada per a renovar plegats, en reflexió, diàleg i pregària, el nostre compromís de caminar vers una església cada dia més fidel al missatge de Jesús.